III Encuentro Internacional Contra el Trabajo Infantil en Bogotá

Desde ayer y hasta hoy mismo miles de personas de distintas partes del mundo se han reunido en la capital colombiana para analizar la situación actual de los más de 215 millones de niños y niñas trabajadores que realizan labores de lo más variopintas en todos los rincones del globo.

Este III Encuentro Internacional contra el trabajo infantil pretende hallar las herramientas necesarias para lograr un objetivo impuesto por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y apoyada por la Fundación Proniño de Telefónica: la erradicación del trabajo infantil.

En Colombia esto supondría que en los próximos años se tendrían que buscar alternativas para los más de 1.700.000 niños y niñas que trabajan en todo el territorio colombiano. De ellos, un 36% desempeñan su labor en el campo, otro 30% en el comercio y un 34% en actividades domésticas. Si bien, el erradicar el trabajo infantil no soluciona la situación a la que estos niños y niñas se han visto abocadas debido a la pobreza en la que viven y no haría sino empeorar la situación familiar al eliminar la ayuda de estos niños y niñas.

306 millones de niños y niñas trabajadores en el mundo

El debate hace décadas que nació y no tiene atisbos de encontrar una solución que satisfaga a todas las partes. Desde hace años, la cuestión de la infancia trabajadora ha preocupado cada vez más a los gobiernos y a otros entes debido a la gran cantidad de niños y niñas que se encuentran en esta situación y a otras razones, algunas más humanitarias que otras.

La postura de la organización Internacional del Trabajo no deja lugar a duda: aboga por la total erradicación del trabajo infantil. Considera que este es un hecho que es necesario que desaparezca en aras de salvaguardas los intereses de los niños, niñas y adolescentes.

¿Niño o adulto?

En muchos de los países de América Latina los niños y niñas se hacen adultos de repente. No se dan cuenta y han aparcado sus más preciados juguetes y se encuentran con las manos manchadas por el carbon que transportan, gritando el mejor precio de sus productos o limpiando con afán los cristales de los coches en los semáforos. La mirada de estos niños no son las que estamos acostumbrados a ver… son miradas sabias, miradas que nos dicen lo mucho que ya han visto, que nos hablan de las buenas y las malas cosas que ya han vivido.

El objetivo de la Fundación es trabajar al lado de estos niños, acompañarlos en un  proceso por el cual sean capaces de conocer y pedir una serie de derechos que han de ser tenidos en cuenta y que, sin embargo, se olvidan con gran facilidad.