Jornadas de reflexión en tiempos de crisis

En la educación, como en la vida, una de las máximas que se debe perseguir es la de ser cada día mejor. Y la Fundación Creciendo Unidos no es ajena a esta máxima sino que pretende que se convierta en un hábito y en una rutina diaria. Para ello, se considera de gran importancia la autocrítica. La capacidad de analizar desde el interior, desde uno mismo, sus debilidades y sus fortalezas. Para mejorar las primeras y seguir fortaleciendo las segundas, de modo que se pueda seguir avanzando en la dirección deseada.

Desde hace algunos días la Fundación ha sido llevada a una exhaustiva evaluación en la que una a una se han ido observando las características de cada uno de los programas que se llevan a cabo en la actualidad, se ha hablado con los equipos profesionales que las llevan a cabo y, como no podía ser menos, con los niños, niñas y adolescentes que se han visto envueltos en este proceso de formación o aquellos que todavía están en el mismo.

Una mirada al interior de Colombia: el Chocó

La labor de la Fundación Creciendo Unidos desde hace algunos años ha extendido su labor a otras áreas de Colombia. Junto con Bogotá se lleva años trabajando a la par en Cúcuta, al norte del país en la frontera con Venezuela -donde ahora mismo las relaciones entre ambos países han sido canceladas-, así como en el área del Chocó. Una región de Colombia que se encuentra al noroeste de la capital y que es una de las regiones que registran más pobreza y una serie de problemas sociales que van asociada a ella.

La expedición española, apóyada en todo momento por la Fundación, y acompañada por una de las mujeres que más concoce esta zona y el contexto que la rodea, Doña Leonarda, trabajarán durante alrededor de 3 semanas en algunas de sus localidades. La tarea que se llevará a cabo será la de realizar talleres, dinámicas y otro tipo de actividades con las que se pueda trabajar sobre determinadas problemáticas, según el lugar en el que se encuentren. Algunas de estas tareas irán directamente encaminadas sobre el trabajo propio de la Fundación como son los Derechos de los niños y niñas pero también se centrarán en talleres de comportamiento y reducción de la agresividad o la prevención de drogas. Del mismo modo se pretenden establecer contacto con otras organizaciones y asociaciones para poder establecer redes de trabajo más efectivas.

La Fundación sale a la calle

La misión principal de la Fundación Creciendo Unidos es trabajar junto con las niñas y niños trabajadores de algunos de los barrios más desfavorecidos de Bogotá. Pero su tarea, no queda cerrada única y exclusivamente a lo que se pueda llevar a cabo en la casa escuela o en la casa taller sino que, fieles a sus principios, salen a la calle para trabajar directamente con las niñas y niños en sus propios contextos.

Varios días a la semana, los trabajadores y voluntarios de la Fundación se enfundan las botas y se llena de energía e ilusión para compartir su tiempo en los mercados de la ciudad en los que muchas de estas niñas y niños colaboran en los puestos y en las ventas ambulantes de su padres o abuelos para llevar adelante a su familia.

mercado del 20 de julio

Durante las breves horas en las que la Fundación se acerca a estos barrios y mercados las niñas y niños tienen la oportunidad de volver a recuperar su infancia y su juventud por un momento. Un momento en el que dejan de limpiar mazorcas para que sus manos puedan  empuñar pinceles llenos de colores, un momento en el que su preocupación deja de ser vender y se convierte en dejar que su mente discurra dentro de los juegos y actividades que se le plantean. Un momento en el que sus ojos no buscan un vendedor sino una sonrisa en la que encontrarse cómplices.

Pero su labor, no se pierde en la simplicidad de rellenar un espacio de tiempo sino que pretende darle sentido a su labor mediante la creación de un movimiento de niñas, niños y jóvenes con un espíritu crítico y transformador. Ardua tarea en un contexto en el que constantemente se erigen muros que mantienen las desigualdades sociales.

La Fundación nos abre sus puertas, y su corazón

Todo viaje se inicia con un primer paso, sin embargo el nuestro pareció tardar algo más de la cuenta debido al overbooking en el avión que nos dejó dos días más en Madrid y seis maletas menos que, al final, no sin más de un quebradero de cabeza, nos estaban esperando en Bogotá después de un recorrido turístico por Cúcuta, al norte de Colombia.

Sin embargo, a pesar de que el recibimiento en la Fundación Creciendo Unidos fuera aplazado sus ganas de vernos no fueron sino en aumento. Las puertas de la Casa Taller de San Martín se abrieron para darnos cobijo y las de la Casa Escuela y la Casa Taller de Villa Javier lo harían poco después y aparecieron muchas de las personas que nos acompañarán en Bogotá durante las próximas semanas. Y junto con ellos aparecieron también sus niños y sus jóvenes, para los cuales trabajan sin descanso desde que apareció la Fundación para cubrir las necesidades de las niñas y niños trabajadores de la calle.